¿Qué ver en Berna y alrededores? Los imprescindibles del Oberland bernés
¿Qué ver en Berna y alrededores? Los imprescindibles del Oberland bernés

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La ciudad de Berna, corazón histórico de Suiza, es el núcleo de una región espectacular. ¡Un destino con mucha personalidad en el que podrás descubrir un rico patrimonio medieval, valles lacustres y altas e imponentes montañas!
¿Qué ver en Berna, la capital de Suiza y del Oberland bernés?
El casco antiguo de Berna, un reducto medieval a orillas del Aar
Agazapado tras un meandro del río Aar, el casco antiguo de Berna es el núcleo histórico de la capital suiza, fundada en 1191. Sus calles empedradas, como Marktgasse y Kramgasse, con soportales medievales, que en otros tiempos desembocaban en bodegas abobedadas subterráneas, declaradas patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y que en la actualidad albergan una sucesión de tiendas, galerías de arte y cafeterías, invitan a recorrerlas dando un agradable paseo. Muy cerca de allí está la torre del reloj (Zytglogge), con su reloj astronómico (1530) donde cada vez que el reloj da la hora tiene lugar un sorprendente desfile de autómatas. La torre se puede visitar y admirar su fascinante maquinaria, así como la del astrolabio que reproduce el movimiento de los astros. De camino, nos encontraremos con la fuente del Ogro (Kindlifresserbrunnen), de 1545, que representa a un ogro devorando a niños. Nuestro paseo por el casco antiguo termina, como no podía ser de otro modo, en la catedral de Berna (Münster), cuya construcción se inició en 1421, que presenta una suntuosa fachada gótica y es la iglesia más alta de Suiza.
Por la noche merece la pena ir al pintoresco barrio de Matte, con sus casas antiguas, para degustar una rica fondue de queso en un marco idílico y con mucho encanto.
El Kunstmuseum, una joya para los amantes del arte en pleno centro histórico de Berna
Fundado en 1879, el museo de Bellas Artes de Berna (Kunstmuseum) es el museo de arte más antiguo de Suiza y también alberga una de las colecciones más importantes del país, con más de 3000 obras: un recorrido por el arte que discurre a lo largo de ocho siglos, y que abarca desde el Gótico al Arte Contemporáneo. Entre sus tesoros, destacan importantes obras maestras de Paul Klee, como Ad Parnassum, y de maestros italianos del Trecento, como Duccio di Buoninsegna y Fra Angelico. Los artistas berneses no se quedan a la zaga, con la presencia de varias obras de Ferdinand Hodler, como los cautivadores paisajes del Lac de Thoune.
El palacio federal, símbolo y alma política de Suiza
Alojado en un imponente monumento de estilo Beaux-Arts, el palacio federal (Bundeshaus) alberga la sede del gobierno suizo. Se puede hacer una visita guiada del edificio y contemplar las salas donde se toman las decisiones políticas del país. En el recorrido destacan el vestíbulo de la cúpula, con sus soberbias vidrieras y su monumental escalera, y la sala de los pasos perdidos, un inmenso vestíbulo semicircular adornado con frescos y dorados de la Belle Époque.
Helvetiaplatz, dos museos donde explorar naturaleza e historia
En la otra orilla del Aar, en la plaza Helvetiaplatz se encuentran dos importantes instituciones de la capital suiza: el museo de Historia de Berna y el museo de Historia natural. El primero, hace un recorrido por la evolución de la ciudad y la región a través de diversos artefactos medievales, obras de arte y objetos cotidianos. El segundo, presenta una asombrosa colección de minerales, esqueletos de dinosaurios y dioramas de animales. Los dos son ideales para visitar con niños.
¿Qué se puede ver y hacer en los alrededores de Berna? Los imprescindibles del Oberland bernés
Grindelwald y las cascadas del valle de Lauterbrunnen
A solo una hora en coche desde la capital se encuentran Grindelwald y Lauterbrunnen, dos tesoros del Oberland bernés. Primero nos encontramos con el valle de Lauterbrunnen, que parece salido directamente de un cuento: este valle nos conquista con sus espectaculares cataratas, no en vano, también se le conoce como «el valle de las 72 cascadas», entre las que destaca especialmente Staubbachfälle, que se precipita desde 300 metros de alto y las Trümmelbachfälle, unas cataratas subterráneas a las que se llega a través de una red de túneles y pasarelas. Un poco más lejos, Grindelwald es el punto de partida perfecto para emprender el ascenso hasta la cima de los montes más emblemáticos: el Eiger, el Mönch y el Jungfrau. Hay numerosas rutas que pueden hacerse andando o en bicicleta de montaña, pero siempre con los ojos bien abiertos, ya que por el camino puedes toparte con cabras montesas o marmotas.

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Nada mejor para hacer una pequeña pausa que detenerse en alguna granja de la zona para probar el queso alpino. Una experiencia auténtica y genuina que no dejará indiferente a tu paladar.
El Schilthorn, un balcón con las mejores vistas de los Alpes
En la cima de esta montaña, hasta la que se puede subir en teleférico desde Mürren, se encuentra el mítico restaurante giratorio Piz Gloria, famoso por su aparición en la película de James Bond Al servicio secreto de Su Majestad (1969). Desde la terraza del Schilthorn, a 2970 metros de altitud, se divisa una de las vistas más bonitas de todo el cantón de Berna. Un mar de cumbres nevadas que se extiende desde el Jura hasta el Mont Blanc.
Las cataratas del Giessbach, las espectaculares cascadas del lago de Brienz
A una hora de Berna, las cataratas del Giessbach caen con un estruendo ensordecedor desde 500 metros de altura y recorren 14 niveles en su camino hasta el lago de Brienz. Se puede llegar a estas majestuosas cascadas por un sendero o con el funicular de Giessbach, el funicular más antiguo de Europa. Una vez allí, merece la pena entrar en el Grandhotel Giessbach, un palacete de estilo Belle Époque para tomar un café y, sorbo a sorbo, disfrutar de las espectaculares vistas.
El valle de Emmental, un tesoro preservado del Oberland bernés
Al este de Berna se encuentra Emmental, un bucólico valle con un paisaje que parece salido de una postal suiza con onduladas colinas salpicadas de floridas praderas y típicas casitas de madera profusamente adornadas con flores. En la quesería Emmentaler Schaukäserei, podremos ver de primera mano cómo se elabora este famosísimo queso suizo lleno de agujeros. Visitar el castillo del siglo XII de Burgdorf, donde el tiempo parece haberse detenido, es como hacer un viaje al pasado: esta imponente edificación que se alza dominando la ciudad alberga una apasionante sala temática dedicada al oro, que antaño se recogía en el río Emme.
El queso emmental se produce desde el siglo XIII en el valle del mismo nombre. ¡Sus famosos agujeros son producidos por las burbujas de gas que se liberan durante la fermentación y que antaño los queseros consideraban como defectos!
Interlaken, capital de la aventura
A 50 km de Berna se encuentra Interlaken, un paraíso para los amantes de la adrenalina y las sensaciones fuertes. Parapente en las laderas del Jungfrau, puenting frente al funicular de Harder Klum, rafting en el Lütschine… Estas son solo algunas de las actividades que se pueden practicar en esta estación situada entre bosques, glaciares y ríos. Pero Interlaken es también la puerta de entrada a los idílicos lagos de Thun y Brienz, ideales para hacer un crucero o dar románticos paseos.

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