Las baterías de los coches eléctricos están fabricadas con metales raros, como el litio, el cobalto y el grafito. La extracción de estos metales, principalmente en América del Sur, China y la República del Congo, requiere mucha agua y la utilización de muchos productos químicos. La solución a este desafío podría ser el reciclaje de las baterías de los automóviles, pero este proceso todavía no se utiliza extensivamente.
Aunque el automóvil eléctrico es un modo de transporte cada vez más popular por sus beneficios ambientales y su escaso mantenimiento, también tiene ciertos inconvenientes que pueden frenar su crecimiento. Sin embargo, cada año se avanza un poco más para eliminar los obstáculos vinculados con los coches eléctricos, con el fin de estimular a los conductores para que opten por un vehículo ecológico y sostenible.