La coqueta St Peter Port se caracteriza por sus casas de colores asentadas sobre una colina. La ciudad es también el punto de partida ideal para explorar la "isla verde", la segunda del archipiélago por tamaño, que ofrece a quien se toma su tiempo para descubrirla el encanto de la autenticidad. Ciclistas y paseantes apreciarán sus suaves campos, mientras que aquellos que prefieren zambullirse en el mar se decantarán por sus bahías arenosas, en particular la espléndida bahía de Côbo. Unas magníficas vacaciones en perspectiva.