San Andrés en el Quirinal es una de las iglesias más importantes de Bernini, quien seguramente se sintió muy estimulado por la que su rival Borromini erigió en las proximidades. Como de costumbre, el arquitecto tenía que hacer un edificio grandioso en un espacio reducido. Y lo consiguió mediante un interior hábilmente diseñado y los ricos efectos que creaba la combinación de mármoles de color, dorados y estucos.