La grandeza de esta inmensa plaza construida bajo el reinado de Joaquín Murat (1809) mueve al respeto. El hemiciclo que forma está cerrado por un lado por el palacio real y, por el otro, por la fachada neoclásica de la iglesia de San Francesco di Paola, construida en 1817 siguiendo el modelo del Panteón de Roma y prolongada por una columnata curvilínea.