Fabuloso templo iniciado bajo el reinado de Seti I y terminado por su hijo, Ramsés II. Construido en piedra calcárea, presenta una planta en L, poco habitual. Se accede a través de una sucesión de salas hipóstilas y de puertas a las capillas consagradas al faraón y a las divinidades: destacan, particularmente, la Capilla de Osiris por sus pinturas y el Corredor de los Anales donde Seti I rinde homenaje a 76 reyes. Los relieves del templo, notables por su fineza y su preocupación por el detalla, marcan la renovación del arte egipcio en la época ramésida (Imperio Nuevo).