Descubierta en 1965, la cueva de Foissac se sitúa entre las gargantas del Aveyron y el valle del Lot. Parte de sus largas galerías está acondicionada para la visita, que nos reserva agradables sorpresas tanto por la belleza de sus concreciones como por las numerosas huellas de presencia humana. En el lugar han sido descubiertos hogueras de carbón de leña, utensilios, vasijas de barro y, sobre todo, esqueletos humanos. Lo más conmovedor: una huella de niño de hace cuarenta siglos.