Construida en los ss. XII y XIII, esta iglesia abacial con dimensiones digna de una catedral alberga numerosas obras de arte: en el brazo derecho del crucero, el Tránsito de la Virgen, de finales del s. XV; en el interior de las capillas, magníficos canceles tallados y tumba del abad Tomás de Saint-Benoît, muerto en 1307. La capilla de la Virgen, conjunto independiente de estilo flamígero, luce hermosas vidrieras de los ss. XIII a XVI. Frente a la capilla se encuentra el sagrario de la Preciada Sangre, de mármol blanco.