Los restos de esta abadía, que los monjes cistercienses de Lehnin empezaron a construir en 1273 y parcialmente rehabilitada, constituyen una de las mejores muestras de arquitectura en ladrillo de Alemania Septentrional. De planta basilical, la iglesia posee tres naves y un ábside de siete tramos. La fachada oeste, flanqueada por torretas de escalera, cuenta con tres vanos presididos por un rosetón. De los edificios conventuales subsisten la casa del abad, la fábrica de cerveza y los vestigios de un antiguo molino.