El casco medieval de Caernarfon, de planta regular, se esconde tras su recinto amurallado, asentado a orillas del estrecho que el paseo costea hasta llegar al puerto deportivo. Las murallas (734 m de largo), las ocho torres y las dos puertas fueron construidas al mismo tiempo que el castillo. Las pocas casas antiguas que quedan se encuentran en Northgate Street -Black Boy Inn (1522)- y en la agradable calleja The Hole in the Wall Street, en la que se concentran los restaurantes.