Este vestigio (334 a.C.) es el único que quede de los monumentos corégicos que conmemoraban los vencedores de los premios que se entregaban durante las coregías (representaciones teatrales con elementos litúrgicos). Estos edificios jalonaban la vía que, comunicando el teatro de Dioniso con el ágora antiguo, discurría por la actual calle Tripodon, cuyo nombre hace referencia a los trofeos con forma de trípode. Por encima de las columnas del monumento, el friso muestra a Dioniso transformando a unos piratas en delfines.