Merece una visita por sus colecciones que presentan la historia y la cultura nubias desde la época prehistórica hasta nuestros días, pero también por su edificio, diseñado por el arquitecto Mahmoud el-Hakim (1997). Es un bello homenaje al pueblo nubio, cuyas tierras fueron inundadas por la gran presa de Asuán. Piezas muy interesantes del período protodinástico: vasijas decoradas, grabados rupestres. Numerosas estaturas, como la del Príncipe Horemakht. Evocación de la vida cotidiana de los nubios y del salvamento de los templos del valle al final del recorrido.