Un restaurante modesto, colorista y con la cocina abierta a la sala. La chef, que pasó por grandes casas y cuida mucho los detalles en las presentaciones, defiende una carta de base tradicional muy pensada para compartir, con toques actuales y algún que otro guiño de fusión capaz de llevarnos a otras culturas con el paladar (Torrija de tomate con sardina ahumada, Carrillera con papaya...).