Una apuesta segura en el Valle de Tena. Este restaurante ha escogido un nombre que le va como anillo al dedo, pues la fachada en piedra da paso a un interior de ambiente montañés donde imperan la piedra vista y, sobre todo, la madera. El chef, que trabaja desde la humildad y apuesta por unas raciones generosas, logra que los clientes disfruten de su cocina ofreciendo platos de la zona y de temporada, con elaboraciones actuales y detalles internacionales. ¿Especialidades? No deje de probar el esponjoso Risotto de boletus al aroma de trufa o el Lechazo en dos cocciones con emulsión de salvia.