La mayoría de las casas de armadores (Archontika) de la isla de Hidra se construyeron a principios del s. XIX y reflejan el poderío económico de sus propietarios. Los altos muros de piedra, perforados con estrechas ventanas enrejadas, las hacen parecer verdaderas fortalezas. En su interior encierran jardines de exóticas fragancias, logias inspiradas por la arquitectura genovesa, inmensos salones con suelos de mármol y techos pintados... Le recomendamos la casas de Lázaro Cunduriotis y la de su hermano Jorge, ambas transformadas en museo.