El interés de la subida al Deir ("monasterio") reside no sólo en el monumento en sí, sino también en la excepcional panorámica del valle del Aravá que se divisa desde la cima. A pesar de las numerosas similitudes con el Khazneh, el Deir se distingue por una decoración más sobria y volúmenes más importantes. Su fachada de 48 m de ancho lo convierte en uno de los mayores monumentos de Petra. Solo su urna ya mide 10 m de altura (entrada prohibida). En el interior no se ha encontrado loculus donde se habría enterrado a los muertos. El monumento fue utilizado posteriormente como iglesia (de ahí el nombre).