Estas "cuevas", en realidad una sola con tres entradas diferentes, se extienden desde hace aproximadamente un millón de años por debajo del pueblo Valporquero de Torío y siguen siendo excavadas por las aguas subterráneas. Una iluminación neutra pone de realce la variedad de formas y colores de las concreciones: se han contado hasta 35 matices de rojo, gris y negro provocados por los óxidos de hierro y azufre. Dada la temperatura (7°C) y lo resbaladizo del suelo, conviene llevar ropa de abrigo y calzado adaptado.