Parecido a un inmenso bol boca abajo, este auditorio recubierto con una funda de cristal debe su nombre al magnate de la prensa canadiense Roy Thomson. Fue proyectado por Arthur Erickson, de noche cuando está iluminado se vuelve transparente, pero de día sus paneles exteriores con forma de diamante centellean bajo la luz del sol, reflejando el azul del cielo. Inaugurada en 1982, la sede de la orquesta sinfónica de Toronto puede seguir estando orgullosa de su singularidad arquitectónica y su superioridad acústica. Para aislar la zona de espectáculos, un amplio pasaje circular dotado con puertas a intervalos regulares juega el papel de cámara insonorizante. El tejido de las butacas, la alfombra y la decoración del techo fueron concebidos para mejorar la acústica. Un óculo iluminado con doble anillado constituye la obra más destacada del techo; mientras que una "lluvia" de gotas de agua ilumina el escenario. Varias pantallas con forma de tubo pueden subirse o bajarse hasta obtener la resonancia deseada.