Los primeros beaterios de Saint-Quentin se fundaron en el s. XIII. Estas instituciones acogían a mujeres piadosas que no habían pronunciado sus votos. Aún subsisten seis grandes recintos que agrupan unas cuarenta casas alrededor de un jardín común y seis más pequeños destinados a personas solas o ancianas (extendiendo un poco la apelación de beaterio). El de la calle Quentin-Barré, con fachadas de hastiales escalonados, es el más interesante junto con los de las calles de Bellevue y du Moulin.