La mayor librería San Petersburgo (casi 3.000 m2) ocupa la antigua sede de la empresa de máquinas de coser Singer, construida a principios del s. XX; un edificio que tenía que ser majestuoso -y por lo tanto muy alto- en la calle más importante de la ciudad. Pero como no tenía que superar la altura del Palacio de Invierno, el arquitecto P. Suzor decidió rematarlo con una cúpula de cristal que se podía ver a gran distancia.