La rotonda y el peristilo, réplicas de los construidos por Maybeck para la exposición Internacional Panamá-Pacífico (1915), atraen hoy a numerosos visitantes. El edificio original, efímero, estaba compuesto por un fino armazón de metal cubierto de yeso y lona y con paredes pulverizadas a imitación del travertino. Acabada la exposición, el lugar fue desmontado y en su lugar se construyó un barrio residencial: sólo el Palacio de Bellas Artes logró sobrevivir gracias a la presión ciudadana. El edificio, que se había dejado tal cual, se fue degradando lentamente hasta 1962. Las columnas, estatuas y otros elementos originales fueron reproducidos mediante moldes y el edificio totalmente reconstruido en hormigón y acero. El concepto original estaba ampliamente inspirado en el estilo romántico, en particular en la tumba real de la isla de los Muertos (Böcklin, década de 1880). Fíjese en la rotonda y sus 8 bajorrelieves, en los ángeles de la cúpula y en la charca de los patos, que cuando hace bueno refleja el cielo.