Las marionetas de esta forma de teatro tradicional, el bunraku, difieren de las nuestras por su gran tamaño, por la sofisticación de sus trajes y por la expresividad de sus caras, de rasgos elocuentes y cuidados. Las historias contadas están basadas en leyendas o hechos históricos destacados. Este arte nacido en Osaka en el s. XVII conserva toda su frescura: el guardián de las tradiciones en el National Bunraku Theater es Yoshida Minosuke III, declarado Tesoro Nacional viviente.