Conocido principalmente como enclave del "dinero antiguo" de Nueva York, el Upper East Side se desarrolló a finales del s. XIX cuando industriales ricos como Andrew Carnegie y Henry Clay Frick empezaron a construir mansiones en las grandes parcelas de la Quinta Avenida que da a Central Park. Las elegantes señoras se mudaron a los por entonces lujosos edificios de apartamentos de Park Avenue y a las casas unifamiliares de las calles laterales. En la actualidad, las instituciones culturales ocupan algunas de las mansiones de la Edad de Oro, pero en su mayor parte la zona sigue siendo dominio de los más ricos de Nueva York.