Esta modesta torre de tres alturas fue construida a finales del s. XV para servir de residencia a los condes de Desmond. Durante la ocupación española se convirtió en polvorín y bajo la dominación inglesa en "cárcel francesa". Hoy alberga un Museo del Vino en el que se recuerda el fructífero comercio que trajo riqueza a la población, así como la historia de algunas grandes familias irlandesas emigradas.