En un majestuoso paraje enclavado entre relieves que se levantan hasta rozar los 800 m surge -o más bien se esconde- la larga silueta del castillo de Peyrepertuse. Esta fortaleza considerada inexpugnable es uno de los ejemplos más bellos de su tipo en las Corbières y el mayor de los llamados Cinco Hijos de Carcasona. Curiosamente, nunca sufrió asedio alguno. Incluso en los momentos más encendidos del catarismo, la historia quiso ser clemente con esta ciudadela del vértigo que sigue causando impresión.