Asentado sobre un estrecho promontorio rocoso a 729 m de altitud, el castillo de Quérius, último refugio de los cátaros, está batido por los vientos. Auténtico nido de águilas que custodia Corbières y Fenouillèdes, tiene enfrente a su hermano mayor Peyrepertuse, ambos Hijos de Carcasona. Una belleza agreste apostada en los confines del Aude, que osó desafiar al rey; unas ruinas grandiosas que se yerguen hoy solitarias.