En un entorno de gran belleza, este puente debe su nombre a que hace siglos se encontraba junto a un camino de mulas que conducía a España. Desde lo alto de las pasarelas y de los miradores se ven las aguas agitadas de los torrentes de Gaube y de Marcadau que se reúnen formando espumosas cascadas. Las zonas próximas están plantadas de abetos y de pinos silvestres. Si se siente con fuerzas, puede continuar andando hasta el bellísimo lago de Gaube (1h30 i/v por el GR 10).