Situado en la frontera franco-alemana, el parque arqueológico europeo de Bliesbruck-Reinheim nos presenta los vestigios de una ciudad antigua cuya ocupación desde el Neolítico se vio amplificada en época céltica. Destacan la tumba "de la princesa de Reinheim" (hacia 400 a.C), una villa galorromana (ss. I-V, en Reinheim) dotada con todo el confort de la época (frescos, baño privado, hipocausto) y las termas públicas (en Bliesbruck).