El parque de Sariska (866 km2), declarado parque nacional en 1982, es una de las dos reservas de tigres de Rayastán. Pero seamos honestos: la caza furtiva ha diezmado la población hasta reducirla a una decena de ejemplares, por lo que las posibilidades de avistar algún tigre en estas colinas salvajes cubiertas de acacias son escasas. Le será más fácil ver leopardos, panteras, gatos monteses, gamos, ciervos, antílopes, nilgós... Venga preferentemente entre noviembre y marzo y no se olvide de sus prismáticos.